Se le incrusta una tijera podadora en un ojo

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Un residente de Arizona de 86 años de edad acababa de podar plantas en su jardín cuando cayó de bruces sobre sus tijeras podadoras y uno de los mangos no solo le atravesó el ojo derecho sino que se le incrustó en la cabeza. Increíblemente, salvó el ojo.

in saber qué le había ocurrido, Leroy Luetscher se levantó y advirtió que tenía las podadoras incrustadas en la cara. Estaba cubierto de sangre y padecía un dolor agudo.
"No sabía si mi ojo estaba allí todavía", dijo Luetscher a The Associated Press el martes. "El dolor era tan intenso que creo no temía morir".
Luetscher atinó a colocarse la camiseta sobre la herida para contener la hemorragia. Agregó que la intensidad del dolor lo mantuvo consciente como para caminar hasta la lavandería de su casa para encontrar a su compañera de muchos años, Arpy Williams, quien llamó a la ambulancia.
Luetscher, nativo de Wisconsin y quien vive en Green Valley, en el sur de Arizona, ha experimentado una notable recuperación desde el accidente del 30 de julio. Todavía tiene una ligera inflamación en los párpados y algo de doble visión, pero salvó el ojo.
Los médicos que le extrajeron las tijeras y le reconstruyeron un hueso en la cuenca del ojo dijeron que pudo haber sido mucho peor. "Fue muy afortunado de que no le hubiera afectado las estructuras vitales", dijo el doctor Lynn Polonski, del equipo de médicos que lo trató.
Cuando Williams pidió auxilio una ambulancia llevó al herido al Centro Médico Universitario de Tucson, donde un equipo de cirujanos le practicó tomografía computerizada del cerebro e ideó un plan de tratamiento.
Comprobaron que el mango de las tijeras había penetrado 15 centímetros (6 pulgadas) en la cabeza del paciente y que tocaba la arteria carótida en el cuello.
"De haber tomado una dirección ligeramente distinta, podría haberlo matado", sentenció Polonski.

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